domingo, 30 de septiembre de 2012

"Justicia distributiva"

“Justicia distributiva” en Aristóteles: razones por las cuáles no podría ser aplicado este principio en el modelo político de Hobbes.
En Aristóteles la noción de justicia distributiva va a estar orientada dentro de la perspectiva de que cada ser humano ha nacido bajo determinadas condiciones que lo van a marcar y le van a dar un lugar dentro del ámbito social. Así, mientras que unos han nacido para gobernar, otros han nacido para ser gobernados y esa debe ser la manera adecuada de cómo se lleve la vida social: cada quien tiene que realizar lo que le corresponde de acuerdo al espacio al que está confinado: ser esclavo, amo, mujer, hijo, obrero, político, etc.
Dentro de esta visión, obviamente, los que gobiernan son los mejores pues tienen la capacidad de dirigir a otros porque son sabios, son virtuosos, se guían por la razón y porque son más fuertes. Entendiendo esta teoría desde el planteamiento aristotélico de que lo superior debe dominar a lo inferior y ello es el orden adecuado, de ahí que lo racional tiene que, necesariamente, dominar a lo irracional. Y en este sentido de que los que nacieron para gobernar son los mejores, Aristóteles piensa que a ellos debe ir lo mejor: la distribución de bienes y derechos se va a dar de manera estamental iniciando por los que gobiernan hacia los que son gobernados; lo virtuoso y lo no virtuoso también sigue el mismo derrotero. En consecuencia se distribuye o se mide lo que es correcto en relación a los mejores, es decir, a los nobles.
Hobbes en cambio hace un quiebre respecto a esta visión estamental aristotélica ya que propone la idea de igualdad en los seres humanos: la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu. Además de la noción de libertad ya que el individuo nace libre y por ende no tiene que estar sometido a un amo que lo gobierne y le diga qué hacer sino que cada ciudadano va a poder elegir qué es lo mejor para poder desarrollar sus capacidades, ser dueño de lo que hace, de su trabajo y así mantener la vida que es el derecho fundamental.
En esta perspectiva hobbsiana  no puede ser aplicada la noción de justicia distributiva aristotélica ya que esta funciona en una sociedad estamental en la que no todos los ciudadanos son libres ni tampoco son tratados como iguales; existen los que gobiernan y los gobernados. Estos últimos, obviamente no pueden disponer de sus capacidades para desarrollarse así mismos sino que las van a poner al servicio o disposición del noble, lo mismo sucede con la propia vida. En Aristóteles, pues, tampoco existe el derecho a la posesión porque, como ya se viene diciendo, los que son gobernados están bajo el cuidado de quien ejerce el poder y en consecuencia no tiene nada propio, no tiene posesiones.

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